viernes, 4 de noviembre de 2011

EL SECUESTRO DE LA DEMOCRACIA SALVADOREÑA

Por: Jaime Ramírez Ortega
Catedrático Universitario
jaimeramirez_ortega@hotmail.com
No cabe duda que nuestro sistema electoral, esta pasando una crisis que se ha salido del cause político, y ha trascendido los linderos jurídicos, debido que la casta política de nuestro país ha hecho y ha desecho con la democracia, en los últimos 30 años, al grado de secuestrar el sistema electoral, el cual ha estado a disposición de sus agendas partidarias y no de la población que los eligió de forma popular.
Para que los representaran dignamente en la Asamblea, traspasando de esta manera la soberanía por medio del voto secreto libre e igualitario, pero lejos de esto, la actitud que han demostrado por años los padres de la patria, es de ganguerismo subiéndose muchas veces el sueldo de forma desmedida. Usando los bines fiscales del Estado, como vehículos, viáticos, para provecho propio, pero como si esto fuera poco, no tienen ni la mas mínima moral para investigar todas las plazas fantasmas que existen dentro de la Asamblea.

Mucho se dijo de esas 540 plazas, pero hasta este día el pueblo no ha recibido de parte de la junta directiva de la honorable Asamblea Legislativa, un informe real y fidedigno que hayan hecho una investigación a que se debe tantas plazas y en que beneficia en la legislatura, o será que este personal contratado esta al servicio de cada uno de las fracciones políticas, para que hagan trabajo propagandístico partidario en cada uno de los 262 municipios. Lo cual dista mucho de la función para cual los contrataron.

Sin embargo muchos nos preguntamos donde esta el Tribunal de Ética y la Corte de Cuentas, para que investigue estos casos, y cual es el papel que juega el Tribunal del Servicio Civil, y la Sección de Probidad, ante tales abusos que están costando muy caros para los ciudadanos que pagana sus impuestos al día y de forma honesta, hasta cuando se permitirán tales abusos de poder y de nepotismo.
Pero la situación es mucho mas grave y lesiva para la soberanía de El Salvador, cuando los diputados exceden sus limites Constitucionales y emiten decretos como el 555 y el 758, cuyo origen esta tendiente a soslayar el espíritu de la sentencia de la Sala de lo Constitucional, sobre las candidaturas independientes y sobre el sistema de votación y asignación de escaños, ya que los votos emitidos por las banderas se distribuirán entre los primeros candidatos de las listas propuestas por los partidos políticos.

De modo que el decreto 555, fue creado por los diputados no para robustecer la democracia, si no más bien para sacar de la palestra política a los posibles contrincantes que deseen lanzarse a las candidaturas independientes como muchos lo han hecho, pero los requisitos impuestos según el art 3, es que donde hayan 900,001, habitantes o mas, deberán presentar 12,000 firmas, para poder legitimar su candidatura ante el TSE.

Lo que viene a violentar la resolución emitida en el año 2010, por la sala de lo Constitucional, ya que contraviene los Arts. 126, 202, 72 No. 3, de la Cn, donde habilita a cualquier ciudadano a participar en las elecciones sin estar afiliado a un partido político, y al imponer semejantes requisitos están sobrepasando la autoridad de la Constitución y por consiguiente el mandatos soberano.

Ahora con respecto del decreto 758, este tiene como fin evadir el voto directo e igualitario que emite el ciudadano, ya que los partidos políticos impondrán los candidatos que ellos quieren y puedan manipular, dado que los votos emitidos por las banderas se distribuirán entre los primeros candidatos de las listas propuestas, dejando afuera aquellos posibles candidatos capaces y probos, que no puedan manipular o porque simplemente no cierran filas con tendencias ortodoxas, que le han hecho mucho daño a las democracias del siglo XXI.

De menara que este sistema electoral que han confeccionado los partidos políticos, es completamente excluyente y parcializado que protege únicamente sus intereses particulares, y les brinda una coraza de perpetuidad en el poder hasta la tercera y cuarta generación de sus hijos y nietos, sin abrir los espacios a las futuras generaciones que traen nuevas ideas y que sin duda están mejor preparados.

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