jueves, 27 de enero de 2011

EL PAPEL DEL MAESTRO


Por: Jaime Ramirez Ortega
Catedrático de la Universidad Francisco Gavidia

En virtud de los problemas de violencia y de falta de pronta y cumplida justicia que vivimos todos los salvadoreños, por los bajos niveles de valores que hay en pleno siglo XXI, se hace imperioso retomar la axiología desde las aulas de las escuelas, colegios y universidades, para orientar a la nuevas generaciones, en el entendido que esto, no es solo responsabilidad del maestro, los padres de familia juegan también un papel fundamental para el desarrollo emocional y mental de los jóvenes.
No obstante hay que tomar en cuenta que los maestros no somos complicadores, nuestro perfil es de facilitadores desarrollando las clases de forma comprensiva y clara en un ambiente de respeto mutuo con los mas altos valores morales y éticos, retroalimentando para que haya una mejor comprensión.
Sin embargo enseñar significa disciplina orden y responsabilidad, siendo creativos e investigativos dando una imagen de seguridad de los que se expone y explica dentro de las aulas, aspectos que tienen que ser replicados por los alumnos, porque tiende a interpretarse mal este parámetro creyendo que la buena enseñanza se encuentra en los pocos trabajos de investigación, y la no preparación de clases de forma adecuada como tampoco haya un desarrollando programático, y por consiguiente las evaluaciones se omiten en virtud de los bajos niveles de exposición, muchos alumnos consideran que esta tiene que ser la enseñanza adecuada, para hacerle mas cómoda su forma de vida.
Ahora bien las universidades tienen que hacer una evaluación constante de la calidad de alumnos que están sacando al mercado puesto que estos representan la cara de la universidad, y es ahí donde tiene que ponerse el mayor esfuerzo potenciando los buenos maestros, preparándolos y capacitándolos con nuevas tecnologías.
Por lo tanto las universidades tienen que alejarse de posturas mercantilistas en el sentido que el alumno es el que paga y es el que tiene la razón y por lo tanto tienen que hacer, lo que el alumno diga aunque esto signifique sacrificar planes des estudio específicos y a los buenos maestros que enseñan y presionan para que lean e investiguen y que no están dispuestos regalar ninguna nota.
Recordemos que para adquirir prestigio, se requiere de ser el mejor en lo que se hace, en este caso no se logra engrandeciendo la masa de profesionales del país como poca visión de nación y baja preparación académica que no son capaces de realizar ensayos para analizar los diferentes problemas que aquejan al país.
Lo cual obliga a las universidades a dejar posturas meramente mercantilistas y enfocarse en lo que hacen mejor y esto es preparar a los futuros profesionales a que sean críticos éticos y propositivos para que aporten desde sus trincheras al desarrollo, económico, político y democrático del país.
Porque educar a un joven no es enseñarle algo que no sabia, si no hacer de él algo que no existía

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